Berlín, 11 mar (dpa) – Diez años después de la caída de Saddam Hussein, la tortura y los juicios injustos siguen siendo moneda corriente en Irak, de acuerdo con un informe difundido hoy de Amnistía Internacional (AI).
Ni el gobierno iraquí ni las ex fuerzas de ocupación respetan estándares básicos de derechos humanos, según AI. «La gente en Irak es la que paga el precio», dijo el experto en Irak Carsten Jürgensen tras la difusión del informe «Una década de violaciones de los derechos humanos».
El ataque de Estados Unidos y sus aliados a Irak comenzó el 20 de marzo de 2003.
El informe señala que la tortura es algo extendido, en especial hacia los presos relacionados con acusaciones de terrorismo. Entre los métodos de tortura figuran los electroshocks, así como la privación de alimento, agua y sueño. Los presos son amenazados con ser violados o con la violación de sus familiares mujeres.
Muchos presos son condenados a muerte tras confesiones obtenidas bajo tortura, según AI. «Con 129 ejecuciones en 2012, Irak es el país que más ejecuciones lleva a cabo en todo el mundo», dijo Jürgensen.
Las violaciones de los derechos humanos son perpetradas tanto por soldados estadounidenses como británicos así como por iraquíes, según AI. «Los tres países fallaron a la hora de juzgar a los responsables», criticó Jürgensen.
La organización demanda una mejor protección de los detenidos, dado que estos suelen ser aislados del mundo exterior una vez que son detenidos.
